La mayor parte del tiempo sólo ves las fotos bonitas, el esfuerzo que conllevan suele quedar oculto. El madrugar, las noches cortas y gélidas son parte de casi todas las buenas sesiones de fotos. La interminable búsqueda del mejor lugar y pasar con la bici mil veces por el mismo sitio hasta que todo quede bien, también. El resultado, por supuesto, lo compensa casi todo, pero una sesión de fotos no es sólo puro placer. Por supuesto, hay muchas quejas...

Viernes por la mañana: Axel, Christoph y yo vamos sentados en mi furgoneta, que está cargada hasta los topes, y estamos de camino a Suiza. Más precisamente, a Zermatt. Sólo hace una semana que Chris propuso la idea de conducir a Zermatt y hacer una sesión de fotos.

Llegamos poco antes de las 11 de la noche y primero tenemos que situarnos ya que el viaje se había organizado tan de improvisto. Sinceramente, no tenía ni idea de que no se podía llegar en coche a Zermatt. Pero el tren sale ya en sólo 10 minutos y todavía no tenemos un sitio donde aparcar. Pillamos el primer sitio libre y cargamos con todas nuestras cosas bajo los brazos, compramos un billete y corremos hacia el tren.

En menos de 15 minutos, llegamos a un Zermatt completamente desierto y nos encontramos con nuestro guía. Quedamos para la mañana siguiente: queremos subirnos en el primer tren que sube directamente al Gornergrat. Después, nos espera el siguiente desafío: Encontrar nuestro alojamiento. Por supuesto, no está en el centro, si no un poco en las afueras en una cuesta. Con poco más de 0 grados, por lo menos entramos en calor llevando las cosas. Al llegar al alojamiento ya no hay nadie. ¿Cómo conseguimos ahora las llaves? Por suerte, contactamos con alguien por teléfono y estamos en la cama para la 1 de la madrugada. Siendo muy conscientes de que 5 horas después el despertador sonará de nuevo.

Parece que sólo hubiéramos cerrado los ojos un momento, pero el Matterhorn ya se muestra frente a nosotros y el cansancio desaparece. Todavía está bastante oscuro cuando salimos y buscamos la primera localización. Además, el termómetro ni siquiera ha superado los 0 grados. Poco a poco, el sol se levanta y ya hemos sacado las primeras fotos con el Matterhorn de fondo. Durante las próximas horas, seguimos buscando joyas ocultas que no hayan sido fotografiadas demasiadas veces. Mientras tanto, el sol pega fuerte y hemos sacado muchas fotos. Por supuesto, nadie tiene crema solar y poco a poco los labios y la punta de la nariz se vuelven de un color poco saludable.

A medida que el sol baja lentamente, seguimos nuestro camino descendiendo la montaña y encontramos otro sendero muy chulo que nos lleva hasta Zermatt. Por la tarde, nuestro guía nos invita a cenar con él. Para nuestra sorpresa, ha invitado a toda la elite del ski freestyle, como Henrik Harlaut y Tanner Hall. No sé mucho de ellos, pero según Google, tienen en casa algunas medallas de oro de los X-Games. Hay mucha comida y nos vamos a la cama pronto después de este día agotador. El primer tren de la mañana siguiente nos espera de nuevo...

Hoy subimos en bici a la montaña para buscar nuevas localizaciones. Encontramos un sendero en zigzag que nos invita a hacer algunas maniobras. Lo que parece tan fácil en las fotos, sin embargo, exige mucho de nosotros. El terreno es muy empinado y lleno de obstáculos, y media docena de dedos no permiten una frenada precisa. Hasta el momento, estamos muy satisfechos con las fotos, pero seguimos buscando nuevos sitios. Después de hacer un poco de senderismo, encontramos un sitio genial a los pies del glaciar. Después de lo que parecieron 1000 fotos, dejamos atrás esa localización en dirección a Zermatt. Nos queda un largo camino de vuelta a casa.

A las 6 de la tarde, nos sentamos de nuevo en la furgoneta cargada hasta los topes y emprendemos la marcha hacia Stuttgart. Además, esta noche volverá a ser corta después de que el navegador indique una estimación de llegada sobre la medianoche y que todos tengamos que trabajar a la mañana siguiente. Unos pocos días después, Axel y yo podemos ver las fotos por primera vez y ahora estamos seguros: Mereció la pena. Las fotos han quedado muy bien y te dan ganas de salir con la bici. ¡Ya estamos planeando el próximo viaje!