hacia lo desconocido
hacia lo desconocido
 
 

Texto por Patrick Laprell - Fotos por Mike Vlietstra



 

¿Cuándo fue la última vez que saliste de casa sin planificar la ruta? Nos hemos acostumbrado a orientarnos siempre con google maps, los teléfonos móviles o el GPS. Incluso nuestras rutas diarias están diseñadas y registradas así. ¿Qué pasa si paras? Sal y simplemente pedalea. ¿Se te hará de noche? ¿O encontrarás una nueva aventura al olvidarte de tu rutina?

Te pedimos que te unas a nosotros y comiences una aventura justo al lado de tu casa. Cinco de nuestro equipo ya lo han hecho. Compartimos su historia contigo. ¡Y nos encantaría que tú también compartieras tus historias con nosotros!

Bikepacking con la ATLAS
Bikepacking
Bikepacking Bikepacking

Esta es una historia de cinco amigos saliendo con sus bicis. Algo así de sencillo - quizás fuera nuestra mayor aventura de 2020. El objetivo era ir en bici desde Basel hasta Stuttgart en tres días. Sin un plan, sin navegación gps - sólo un mapa y una brújula para indicarnos la dirección correcta. Como necesitábamos una bici que pudiera con todos los terrenos y estuviera preparada para el bikepacking, elegimos la nueva ATLAS.

¿Es la victoria el motivo más importante del ciclismo?

Antes de subirnos a nuestras bicis gravel, nos preguntamos una cuestión importante: ¿Es la victoria el motivo más importante del ciclismo? Hemos aprendido que siempre deberiamos intentar ser lxs mejores, que pedaleamos para ser más fuertes. Que tenemos que seguir un estricto plan de entrenamiento y que ganar a los demás es la única prueba de que hemos tenido éxito.

 
Colin
Mike
Marc
Martijn
Patrick
Mapa Basel Stuttgart
 
¿Pero qué pasa si nos olvidamos de todo eso?

¿Pero qué pasa si nos olvidamos de todo eso? ¿Cambia la forma en la que vamos en bici? ¿Podemos seguir disfrutando del proceso? ¿O quizás lo hace aún mejor? Qué diablos, quizás hasta aprendamos alguna que otra lección sobre la vida.

Esos fueron los cimientos de nuestro experimento: Demostrarnos que hay tantas buenas razones para no tener un plan. No saber qué pasará - dónde ir, dónde dormir o dónde comer. ¿Quizás hasta nos de una sensación de libertad?

 

Equipamos nuestras bicis con tiendas de campaña, comida, agua y todo lo demás que pensamos que podía hacernos falta para atravesar la selva negra en Octubre. Reservamos un billete de tren a Basel y salimos pedaleando desde la estación de tren después de llega. No nos llevó mucho tiempo entender que teníamos que ir hacia el norte. Encontramos el camino de salida de la ciudad hacia la selva, donde seguimos un principio muy sencillo. Establecimos una rutina de voto democrático en los cruces. La mayoría decidía si ir a la derecha o a la iziquierda.

Por supuesto, esta estrategia no siempre nos llevaba por los caminos más fáciles, y definitivamente añadió algunas subidas y vueltas de más. Pero en general, fue la única manera de saber con seguridad que nos acercábamos a Stuttgart con cada pedalada.

 
Made to lose

Durante la ruta, el avance y las distancias se volvieron menos importantes. Subimos y bajamos, charlamos y disfrutamos de lo que fuera que llegara por el camino. Dejamos de preocuparnos por lo que vendría después y empezamos a vivir más el presente. Aquí es donde empezamos a sentirnos un poco más libres que en nuestras rutas habituales. Libres de las expectativas en la ruta y nuestros logros.

 
Focus Team Focus Team
Focus Team Focus Team
Focus ATLAS Focus ATLAS

Pasamos la primera noche en torno a los 1000m sobre el nivel del mar después de todo un día pedaleando en bicis cargadas con unos 20kg en total. La suerte nos acompañó y encontramos un buen refugio en la selva negra. No sólo daba abrigo, también refugiaba de la fuerte lluvia de la noche.

Después de una noche ruidosa e incómoda, el café de la mañana siguiente nos recargó las pilas. Nos dió la energía necesaria para el día, incluso con unas condiciones climáticas con las que normalmente nos querríamos ir en bici: Apenas por encima de los 0ºC con lluvia y niebla.

 
 
 
En este caso, perderse no significaba estar solo.
Focus Team Focus Team

Seguimos la estrategia que sabíamos que funcionaba: seguir la brújula hacia el norte y hacer una votación rápida en cada cruce. El clima empeoró y nos cayeron algunos chaparrones intensos en una larga subida a Kandel. Congelados y empapados, afrontamos el descenso después de disfrutar las magníficas vistas y los primeros rayos de sol después de que estuviera lloviendo durante horas.

Compartimos momentos de estar mentalmente derrotados, seguidos de los ánimos por las nubes. Esto nos dio suficiente confianza y daba igual dónde estuviéramos físicamente. En este caso, perderse no significaba estar solo.

 
 
un poco de comodidad

Como la previsión para la noche no era mejor, decidimos consolarnos durmiendo en un pequeño hotel. Una ducha caliente, una buena comida y una cómoda cama ayudaron a cargarnos las baterías para el próximo día.

 
 

Con los ánimos por todo lo alto, comenzamos nuestra ruta con unos poco habituales rayos de sol. Había una atmósfera especial, una combinación de árboles cubiertos por nubes bajas, el asfalto humeante y un soleado cielo azul. Estos son momentos mágicos que sólo puedes desear que pasen, pero que son imposibles de planear.

 
 
Cuando empezamos la ruta, estuvimos de acuerdo en estar de vuelta en casa con nuestras familias no muy tarde por la noche.
 
FOCUS ATLAS

Como este ya era nuestro último día, decidimos hacer algo de navegación con el GPS en mitad del día para llegar a la estación de tren.

Sorprendentemente, ya estábamos bastante cerca de Freudenstadt, que no está muy lejos de Stuttgart.

Así que las dos últimas horas seguimos a nuestros fiables GPS sobre el último puerto de 1200m y bajando el descenso más bonito de todo el viaje a través del denso bosque de pinos.

Curiosamente, nos pasamos un desvío en algún momento y nos dimos cuenta que por primera vez en este viaje sabíamos exactamente dónde estábamos, pero de hecho también nos sentíamos 'perdidos'.

Nos subimos al tren completamente agotados, pero satisfechos y una hora después llegamos a Stuttgart.

 

Como este ya era nuestro último día, decidimos hacer algo de navegación con el GPS en mitad del día para llegar a la estación de tren.

Contentos, cansados y quizás un poco malolientes, disfrutamos del trayecto a casa en tren. No había lamentos (menos para Patrick, que perdió dos GoPros), nada de tristeza por oportunidades perdidas y nada de "y si hubiéramos" por subidas o desvíos que no hicimos. Estábamos contentos por la aventura, y con los caminos por los que nos llevó nuestra brújula.

La ruta cambió nuestra mentalidad, nos enseñó que, a veces, las pequeñas acciones importan. No hace falta mucho para salirte de la comodidad habitual. Sólo necesitas amigxs y una bici. ¡Lo que no necesitas es un plan!

Al final, logramos tener éxito no teniéndolo. No pudimos hacer a tiempo todo el recorrido hasta casa. A pesar de todo, sentíamos que habíamos aprendido más en esta ruta que en cualquier otra ruta del año pasao.

A veces, necesitas perderte.

No te preocupes, encontrarás el camino de vuelta.

PATRICK:

"Ir en bici es una versión reducida de la vida. A veces tenemos miedo de lo desconocido, así que hacemos planes, nos marcamos objetivos y pensamos de los próximos pasos. Admiramos en secreto a las personas que se olvidan de todo eso. Siempre hay demasiadas buenas razones por las que nos anclamos a lo conocido y al camino probado, pero ahora también hemos encontrado una razón para no hacerlo. Ese ha sido el mayor descubrimiento que he hecho en este viaje."