Nuestra entusiasta de la bicicleta de carreras, Anja Kallenbach, pasa todo su tiempo libre a lomos de la Cayo, y recorre infinidad de sitios, alcanzando siempre lugares de ensueño. Ahora ha descubierto un nuevo paraíso para los amantes de las bicicletas de carreras: unas vacaciones de camping en Escocia. Nos ha revelado los mejores consejos.

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Hoy quiero animaros a probar una nueva forma de cicloturismo: camping y bicicleta. He alquilado una autocaravana con unos amigos y hemos estado recorriendo Escocia durante una semana. ¿Las ventajas? No tengo que ir cargando la mochila en la bici y aun así recorro sitios nuevos cada día. En la parte de atrás de la autocaravana hay suficiente espacio para guardar las bicicletas en un lugar seco y seguro. 

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Pero antes de nada, un par de detalles sobre Escocia. Es un lugar verdaderamente fantástico para montar en bicicleta: carreteras solitarias y amplios paisajes. Por supuesto, algunas cosas no son como en Alemania. Para empezar, hay que conducir por la izquierda, aunque eso no fue tan terrible como me había imaginado. Realmente me acostumbré muy rápido y solo tenía que concentrarme más en las curvas. A diferencia de las carreteras alemanas, la mayoría de las carreteras escocesas no son de dos carriles: las «singletrack roads» solo tienen un carril y en ellas no caben ni siquiera una bici y un coche a la vez. Menos mal que hay apartaderos cada 500 metros. 

Además, en las curvas hay que tener mucho cuidado, ya que los coches van muy rápido y aparecen de repente. Exactamente lo mismo pasa con las ovejas, que están por todas partes. Lo que más les gusta es estar paradas en la carretera o cruzarla corriendo. Si no llega a ser por los frenos de disco y la excepcional estabilidad en las curvas de la CAYO, quizás habríamos tenido que lamentar alguna colisión ovina. Otro obstáculo, aunque mucho mayor, son las vacas de las Tierras Altas. Cuando te las encuentras paradas en la carretera, ya se te pone mal cuerpo.

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A esto hay que añadirle los pasos canadienses para el ganado que te vas encontrando a cada rato y que son un horror. No tienen nada que ver con los que hay en los Alpes, la distancia entre las barras de estos es enorme. Y, para peor, son cuadradas en lugar de redondas. Os recomiendo que llevéis neumáticos de 28 mm; de lo contrario, se convertirán en un obstáculo insalvable. Ah, otra cosa, no os olvidéis de la chaqueta impermeable, es inevitable mojarse. A pesar de todo, no puedo mas que recomendaros Escocia.

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Mis dos escapadas favoritas

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Bealach Na Ba

Una de las pocas carreteras de montaña de Escocia sube hasta Bealach Na Bà. Por lo general, las carreteras discurren únicamente por los valles. El Bealach Na Bà solo tiene 600 m de altura, pero el paisaje y el clima hacen que parezcan más bien 2500 m. La ruta comienza en Applecross, y tiene unos 70 kilómetros con 1400 metros de desnivel.

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La subida al Bealach Na Bà comienza directamente en Applecross. Pudimos disfrutar de una vista impresionante de la costa, pero los negros nubarrones la cubrieron rápidamente. La pendiente es moderada, aunque se vuelve muy empinada cuando la carretera empieza a serpentear. Arriba tuvimos el tiempo justo para hacer una foto antes de que empezara a llover. La bajada es, como casi toda la ruta, una «singletrack road». Encima estaba mojada y el firme bastante resbaladizo… Una vez más, me alegré muchísimo de llevar los frenos de disco. A continuación viene un tramo corto con dos carriles, tras el cual la carretera vuelve a ser una «singletrack road» que primero se retuerce subiendo y bajando por el bosque, y luego sigue a lo largo de la costa. ¡Qué vistas tan increíbles del mar!

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Nest Point

Mi segundo lugar preferido es la isla de Skye. Allí hicimos una fantástica ruta de 100 kilómetros con 1500 metros de desnivel. La salida y la llegada están en Portree.

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El punto álgido de la ruta es el faro de Neist Point, aunque para llegar hasta allí hay que caminar los últimos dos kilómetros; los zapatos para bicicleta de montaña son la mejor elección para esta ruta. Desde Portree se continúa por una carretera «normal» hasta Dunvegan. Allí, nos tomamos nuestro tiempo para visitar el antiguo castillo. ¡Vale muchísimo la pena! Hasta el faro se llega por una carretera de un solo carril que tiene 17 kilómetros. Para mí, una de las carreteras más bonitas de Escocia: prados verdes, casitas blancas y el mar siempre a la vista. Una preciosidad. Aunque este es también el sitio con los pasos canadienses para ganado más traicioneros, así que tened cuidado. La vista del faro sobre los acantilados es impresionante y en los peñascos incuba sus huevos el exótico alcatraz atlántico. Bien es verdad que hay que recorrer la misma carretera a la vuelta, pero con esas vistas idílicas, no me molestó lo más mínimo. Para volver a Portree, la carretera discurre a lo largo de la costa occidental. Una vez más, con vistas extraordinarias de las salvajes montañas y del mar.

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Os recomiendo de todo corazón que recorráis Escocia con la bici. Los paisajes solitarios e indómitos compensan con creces la molestia de tener que ponerse la chaqueta impermeable de vez en cuando.

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No dudéis en contactarme si tenéis alguna pregunta sobre métodos de entrenamiento, bicicletas o rutas. 

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Anja utilizó
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Debido a las próximas vacaciones, tendremos un retraso en nuestras entregas de bicicletas. A partir de enero de 2024, empezaremos a trabajar de nuevo en el ingreso de pedidos.