¿Por qué no? El día más caluroso del año queremos asistir a un evento ciclista amateur en el Jura de Suabia en Alemania. Por supuesto, elegimos la mayor distancia posible. Más de 300km y más de 6000 metros de desnivel acumulado. Somo tres y fanfarroneamos mucho. ¿Por qué no?
Llegamos la noche anterior, cenamos en la carpa del catering y dormimos bajo las estrellas. Por supuesto, sólo hemos traído los sacos de dormir ligeros, es verano. Por la noche nos congelamos. Las noches en el Jura de Suabia son bastante frías y especialmente húmedas, qué sorpresa. Incluso en el día más caluroso del año. Pero experimentaremos completamente lo contrario al día siguiente. A las 4:15 am suena la alarma.
323 km y 6117 metros de desnivel acumulado
Pedaleamos con ganas cuesta arriba. Incluso bromeamos. 30 minutos después nuestro ánimo ha cambiado por completo. Nos equivocamos de camino. Tenemos un vago presentimiento de que este pequeño desvío de sólo 15km nos va a costar muy caro.
Simplemente no dejes nunca de pedalear
Mientras las temperaturas suben rápidamente, la mayoría de las cuestas están completamente expuestas al sol. El velocímetro de la bici marca 47ºC. Alimentar nuestros cuerpos exhaustos se convierte en nuestra mayor prioridad. Bebemos un bidón por hora, siempre con bebida isotónica. El agua sola no sería suficiente para recuperar los minerales perdidos. Pero nuestros cuerpos sufren para asimilar cualquier cosa, nuestros estómagos se revuelven. Uno de nosotros dice que abandona. Hace demasiado calor. Una decisión inteligente.
Sólo quedan 70 km hasta meta cuando nos deja. Dejamos de creer que realmente podamos llegar a meta. Decidimos seguir por lo menos hasta el siguiente punto de avituallamiento, a tan sólo 18 km. Al llegar allí, de repente abandonar ya no es una opción, ¿verdad? 50 kilómetros no es mucho, pero con cuatro o cinco subidas por el camino la misión parece imposible. De todos modos, seguimos nuestro camino. Volvemos al pedaleo estoico. No somos héroes, simplemente somos obstinados. Demasiado obstinados para abandonar. Después de cruzar la línea de meta nos caemos al suelo y no podemos movernos durante 30 minutos. Pero nos levantamos con orgullo. Estamos recuperando el ánimo y poco a poco volvemos a andar. ¡No lo volveremos a hacer jamás! ¿Verdad?