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Por Anja Kallenbach
Anja Kallenbach acaba de volver de una estancia de entrenamiento en Mallorca, y viene con muchos kilómetros en las piernas. Anja es una apasionada de la bici y ha recorrido mucho mundo a lomos de su FOCUS Cayo. En esta sección periódica os ofrece consejos de entrenamiento, propuestas de viaje y recomendaciones dietéticas.
Acabo de volver de mi primera estancia de entrenamiento, durante la cual he pedaleado los primeros kilómetros de este año. Seguro que estáis pensando: ¿Le encanta la bici y todavía no había empezado a pedalear? Así es, y este es mi primer consejo de entrenamiento para vosotros: en invierno, es mejor hacer algo diferente. Desde que dedico los inviernos a hacer esquí de fondo, he cosechado muchos más éxitos con la bicicleta. En las cumbres de la Selva Negra se encuentra una con algunos profesionales alemanes de la bicicleta que también saben lo bueno que es practicar otra actividad de vez en cuando. Así entreno otros músculos y llego a la primavera totalmente motivada para subirme a la bicicleta.
Como en todos los anteriores, también este año he pasado una semana en Mallorca durante el carnaval. No hay lugar más bonito para pedalear en primavera. Ya ha pasado el invierno, los almendros están en flor y las praderas salpicadas de florecillas; todo esto con una temperatura de 18 grados, estupenda para montar en bici. Además, en Mallorca hay infinidad de carreteras secundarias por las que prácticamente solo circulan ciclistas y casi ningún coche.
Controlar el entrenamiento, ¿sí o no?
Me llevé mi bici porque me va de perlas. Incluso tenía instalado el medidor de potencia Quarq. La verdad es que me ayudó bastante a controlar el entrenamiento, aunque no soy de las que tienen un plan estricto y cumplen cada día a rajatabla los kilómetros, las horas y los intervalos establecidos. En mi opinión, lo fundamental es divertirse con la bici. Además, que también me gusta apreciar el paisaje y no ir todo el rato mirando el cuentakilómetros para mantener uno u otro valor de potencia. Por último, mi entrenamiento también depende de cómo me encuentre ese día y del tiempo que haga. No obstante, mi entrenamiento es específico para poder estar en plena forma en junio/julio para afrontar la temporada de competición. Para ello, lo fundamental es entrenar la resistencia de base durante la primavera, es decir, pedalear largas distancias a baja velocidad. Así que dejo que los grupos rápidos vayan a su aire, y también dejo que me adelanten muy a menudo.
Por supuesto, el entrenamiento de la resistencia de base durante la primavera tiene una gran pega: tengo que entrenar sobre todo en llano. ¡Y eso no es lo mío! Lo cierto es que en Mallorca no pude resistirme a subir aunque fuera un par de puertecitos. Sant Salvador y Randa son imprescindibles. Normalmente salíamos a las 10 de la mañana, cuando la temperatura ya era bastante agradable. El objetivo era conseguir al menos 100 km si el tiempo lo permitía.
La comida es importante
Antes de eso, había que disfrutar siempre del extenso bufé del desayuno, que en los hoteles españoles es fenomenal. La única pregunta es qué conviene elegir para montar en bici. Gracias a Dios, no tengo mucho problema en ese sentido, pero una estancia de entrenamiento no es el mejor momento para hacer dieta. Para una jornada larga de pedaleo necesitamos energía en forma de carbohidratos de cadena larga, cuyas calorías se consumen despacio y están disponibles mucho tiempo. Para esto, el desayuno clásico es el muesli. Siempre me lo preparo mezclando copos de avena, cereales y frutos secos, y así estoy segura de que no lleva demasiado azúcar. A esto hay que sumarle algo de fruta para las vitaminas y un bocadillo de queso que me echo al bolsillo del maillot. No me gusta nada comer barritas durante la ruta, solo las tomo en las competiciones. La mayoría no son muy saludables y el sabor tampoco es extraordinario.
En cambio, las cafeterías de Mallorca son maravillosas, y, por un par de euros, te sirven el famoso gató de almendras o un delicioso bocadillo, por ejemplo, de jamón serrano. De todos modos, siempre llevo un gel energético para un caso de emergencia absoluta. Además de esto, en los bolsillos del maillot llevo un plano de Mallorca, un impermeable (aquí el tiempo puede cambiar muy rápido) y, por supuesto, un teléfono para casos de emergencia. Exacto, para eso es imprescindible llevar un maillot con tres bolsillos traseros, que, por desgracia, no son la norma para la mayoría de los fabricantes. Pero los maillots de Focus están pensados para las ciclistas de raza, y tienen tres bolsillos traseros de buen tamaño. Por la noche, procuro comer bastantes proteínas para los músculos y la regeneración. Así que suelo cenar pescado con verduras y pasta o arroz.
